Monday, April 29, 2013

Demonios en el Desierto 21. Andrea Catania.

Andrea Catania, artista escénica costarricense presentó su trabajo "Demonios" en el Desierto 21.  Desde el inicio de la obra llenó el  foro con su energía y personalidad. En las primeras escenas haciendo movimientos en una silla o con una pared, muestra un cuerpo entero conectado a la dramaturgia del intérprete al cien por ciento. Ella es su dramaturgia, la vive. El famoso "yo soy fulan@ y estoy aquí y estoy ahora" de las clases de actuación, le es algo natural. Catania cambia de espacio y de estado en cada escena pero cuando suena "The severe garden" de Jim Morrison, percibo el trabajo de imagen aún mas fuerte y claro que en las escenas anteriores, (aunque para entonces ya había cruzado por mi mente algo como que que bonito manejo de la imagen).
El cuerpo con su escueto movimiento parece reaccionar a la letra de la canción y pongo mas atención a la rolita de los Doors. Hasta el momento la danza había sido en el tenor de la exploración-investigación de movimiento, luego en un vestido rojo se pone al centro y baila una secuencia de estilo flying low que acelera con cada repetición. Abre los brazos como en el gesto típico de las divas y pasa la secuencia varias veces, hasta que en un momento comienza a marcar con las manos y a caminar la secuencia repasándola en la mente como hacen los bailarines cuando marcan espacio o en ensayos técnicos. Lo que siguió fue lo mas interesante para mi, comenzó a narrar como debía ser la escena del vestido rojo, ventiladores, luces, vestuario, muchos efectos y tecnología, incluido un gran final con todo y saludo.
La mayoría del público participamos aceptando la convención de que eso estaba ocurriendo como ella lo estaba contando, porque, creo yo, en realidad estaba ocurriendo en la imaginación de los espectadores. Un ejemplo de como el manejo de la imagen de un actor puede y debe tener tal fuerza y convicción que pueda proyectarse en la mente del público.

Interdisciplina, Transdisciplina, Arte Escénico, Danza-teatro, Danza, Teatro o Teatro del cuerpo, como cada quien le quiera llamar desde su experiencia.

Andrea Catania, performer, verdadera Artista de la Escena que dejó su marca en el Desierto.
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De otras cosas en el Desierto 21

En la charla después de función, el mismo músico que alguna vez le dijo a Ernesto Contreras que porque no había utilizado bien la música en su coreografía, le preguntó a Catania (previa crítica por no usar la versión original del Adagio) que hacia donde iba la danza contemporánea... "No lo sé" dijo ella, "podría decirte que hacia la interdisciplina". Acto seguido el hombre dijo que si no sería hacia el teatro porque el cada vez veía menos movimiento y la danza es movimiento, "siendo así, me quedo con el teatro", sentenció. Andrea habló un poco de como el movimiento es danza, mover la mano o sentarse y mover los pies pudiera ser danza también así como una pareja de actores fumando un cigarrillo puede ser una coreografía. Comentó también que en la escena actual hay muchos creadores, que como ella, no hacen danza, teatro o video puro y mas bien combinan varias disciplinas para  lo que cada quien quiere hacer. Contó como en su país el público ya sabe que no solo verá danza o teatro en sus obras.
Afortunadamente en la danza hay de todo, creadores a quienes les gusta mostrar secuencias que lucen el entrenamiento de los bailarines, los que prefieren moverse en el posmodernismo, el show o  la interdisciplina,  la experimentación, la reflexión o en mil y un cosas mas incluso sin importar el resultado, puesto que lo que consideran mas valioso en el Proceso.

Para todos los gustos hay, si no me crees nada mas voltea a la programación  del Festival 21, desde lo clásico en técnica y narrativa (obvia, abstracta o reiterativa) hasta los procesos mas extraños que se presentan como un producto terminado. Lo bueno es que uno decide con "que quedarse" como dijo el hombre en charla, melón, sandía, teatro, danza, que bailen mucho o casi ni se muevan, estética de cuerpos entrenados o no tan tonificados. En lo que a mi concierne, si está bien hecho y puedo ver algo bueno entre todo, venga pues... me quedo con todo que para eso son los festivales, para poder ver lo que normalmente no vemos o como cotidianamente no lo vemos.

Lo malo, es que el único día en que el teatro se llenó fué con La Cebra. Atrás quedaron los tiempos cuando todo Hermosillo se movilizaba para ir al Desierto, largas colas y  falta de lugar donde estacionarse, cuando la ciudad completa se enteraba que había danza internacional por miles de pendones y espectaculares en las calles, anuncios en la Radio y hasta en el Periódico. Cuando una semana o dos antes del Festival en  escuelas y plazas se presentaban coreografías y micro-espectáculos promocionando el Festival. Ahora, ni a los cuatrocientos llegamos. Triste. Ni siquiera la inauguración se llenó con todo y el grupo versátil que pusieron en la plaza Bicentenario para que la gente bailara cumbias de Selena y otros éxitos de boda.

Es extraño es que habiendo tanta gente que hace danza en Hermosillo, estudiantes y profesionales y no me refiero solo a los de danza contemporánea, (cualquier persona puede disfrutar del Festival, pero que se dedique al arte del movimiento en cualquiera de sus ramas y no hayan abarrotado el Teatro... no sé, ¿pues que no es lo que les apasiona a los muchachos que toman clase todos los días? Acaso pensarán que no tiene nada que aprender de lo que ve en el Festival, de la manera de componer y bailar que tienen las visitas? La apatía se pone de manifiesto. Triste caso. Normalmente en Hermosillo, todo los espectáculos se llenan con un poco de difusión, ni siquiera se necesitan las grandes campañas, pero bueno, la comunicación y promoción no ha sido muy efectiva que digamos para diversos eventos que no sean el Faot. Un poco de democracia en el manejo de la promoción entre todos los proyectos culturales de acá, no nos vendría mal.  En cuanto a los estudiantes de danza que no van al mayor evento de danza por las diversas razones que puedan tener, lo triste es que eventualmente, cierta ignorancia se refleja en su trabajo escénico. La apatía también tiene su precio.

¿Presupuestos? ¿Visión?¿Organización? ¿Plan de vida? "Vaya asteasaber". Pero como dicen en las bodas "que no decaiga ese ánimo" Gremio querido.

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