Encontrarse con un paisano de la misma tierra pero en otro país, no es un asunto que carezca de importancia, porque bueno, ¿qué tan seguido puede suceder? La nostalgia por el terruño no se hace esperar, las preguntas, recuerdos, anécdotas y hasta los chismes locales son compartidos con tremendo gozo y alegría con este cómplice que te entiende perfectamente, y no solo eso, también adereza con su propia experiencia esos recuerdos de la infancia y juventud tan reconocibles para uno.
Así la obra que vimos en la MET Sonora. Dos personas en blanca vestimenta se encuentran en "algún lugar", un espacio/vacío entre la vida terrenal y la muerte eterna, un pasaje intermedio, una habitación no permanente, un lugar de tránsito. Descubren que son del mismo país... y empieza la comenta.
-De Nuestra Señora de las Nubes, responden cada vez que el otro le pregunta -¿De dónde es usted? las escenas se suceden como en un loop, donde después de cada recuerdo, de cada memoria, de cada imagen, de cada transformación de los actores en distintos personajes, (como en la corriente del teatro del Absurdo), regresan a la situación original:
-¿De dónde es usted?
-De Nuestra Señora de las Nubes.
Los personajes comparten historias sobre su país/pueblo/nación, (cada quien pone el tamaño e identidad según le parezca) algunas obscuras y otras divertidas, sobre la fundación y la vida de su lugar. En Nuestra Señora de las Nubes hay una orquesta y una esposa del director, el típico "loquito (ni tan loco) del pueblo", hay mujeres, ángeles, nubes y hombres, casas, solares, mansiones, fábricas y granjas, atardeceres y humedad, una vida que los personajes retratan mientras nos llevan a un mundo de fantasía, esa patria imaginaria a donde todos pertenecemos o de la que renegamos, la propia, la patria personal. Luego, muy subrepticiamente van difuminando los contornos que justo antes dibujaron con tanta claridad, sumiendo a Nuestra Señora en una neblina confusa y pesada, donde las risas se apagan y ni los rayos del sol alcanzan para darnos un poco de calor. La atmósfera cambia poco a poco y ni cuenta nos damos de que, en algún momento pasamos de las carcajada sonora a luchar por contener las lágrimas, con el corazón y el ánimo rotos por sentirnos partícipes de la historia.
Me preocupo por la Abuela, por Memé, por la esposa del director, por el padre del pueblo y su hija que nadie quería, porque tuvo que ser la madre de todos, por la Señora y el Señor, por el maniquí con peluca, me preocupo por imaginar que Nuestra Señora es una de las salidas del Castillo Vagabundo a dónde llega Sofía joven o anciana y Hawl vuela con las plumas quemadas. Así, en el aire, entre nubes y soles, flotando de una casa a otra para pedir una cebolla a la vecina, que resulta ser mi tía y mi hermana a la vez, encontrando también la puerta roja que da a Nuestra Señora de las Nubes.
Por supuesto, pienso en mi ranchito bonito, el mercado de San Juan de Dios, el Teatro Degollado, la Plaza Tapatía, el barrio donde crecí y las casas de mis tías y madrinas donde siempre había algo interesante que escuchar sobre lo que pasaba en la familia. Y aunque vivir lejos de ese nido entrañable, dota a uno de "otra familia", se hace imposible no sentir nostalgia cuando te encuentras con un paisano que conoció el prefecto de la Prepa 6 más tarde líder de la FEG y luego Rector, jajaja, tooooodo eso viene a mi mente después de disfrutar de la tremenda actuación de Kelly Key y Édgar Garalt, los experimentados actores que dan cuerpo y alma a estos habitantes de Nuestra Señora.
Foto: Juan Casanova ISC |
Los carismáticos intérpretes construyen con su presencia y voz un universo alterno, subjetivo y real a la vez, ya no estoy en la sala del teatro, visito y conozco su país entero con todo y habitantes, aunque solo vea a dos de ellos en esta dimensión.
La conexión y entendimiento entre la pareja se antoja como de viejos matrimonios, la energía fluye entre ellos envolviendo discretamente la audiencia, que se deja llevar de la mano y el corazón con total mansedumbre. Su corporalidad cambia con cada personaje de manera rotunda, Garalt incluso dota a cada uno de sus muchos personajes de un timbre peculiar en la voz, todos distintos entre sí y con pequeños cambios en el peinado y vestuario, se transforman en seres multipersonales con total convicción y credibilidad.
Considero un MUST hablar del Timing y la duración de la obra. Como seres de la época contemporánea, nos hemos acostumbrado a la inmediatez, preguntarnos algo, googlearlo y resolver la duda en menos de 10 segundos con una rápida ojeada a la wiki. Bueno pues, esta obra dura más de 90 minutos, no es tanto, pero los últimos años he estado viendo obras de teatro con un máximo de una hora, una hora y diez las más largas. Pues Nuestra Señora dura mucho más, peeeeeero, no tuve chance de pensar en la hora o el tiempo transcurrido, los intérpretes llevan el ritmo de la obra tan ágil y hacen el chismesito del pueblo tan interesante, que solo quiero saber que pasó con Memé y su abuela, mi curiosidad crece y necesito saber en que paró la relación del director, la orquesta y la mujer con espíritu de Yoko Ono que "amenazaba" apartar al músico de su deber con la batuta.
¡Ay pero hay algo que me hizo muuuuuusha falta! No hubo programa de mano, ni electrónico, ni siquiera un QR. O sea, si hay un programación para saber que se presenta cada día en la MET, pero eso es todo. Lo cual me parece nefasto porqueeeee resulta y resalta que hay un músico: Benjamín Salas, acompañando a los actores, poniendo el mood con percursiones, guitarra y armónica, es con toda propiedad, un tercer actor en la obra, la música en esta puesta también es protagónica, a veces romántica, a veces incidental, ora tenebrosa, ora alegre, la obra no podría haber sido tan hermosa sin el magnífico acompañamiento musical en vivo y bueno, tuve que preguntar quien es porque no encontré su crédito. Felicitaciones, tremendo músico, viviendo la obra y realzando las acciones con diferentes canciones y sonidos.
En cuanto a los actores, hace tiempo que sigo a este par de talentosísimos artistas, te cuento algo de ellos:
Kelly Key es Artista Multidisciplinaria, productora y escritora además de actriz. Es Ingeniera Industrial y labora en la industria automotriz hace más de dos décadas. Del 2010 al 2015 estuvo en la Compañía Cucurumbé Teatro y en El Desmayo Teatro, a partir del 2016 se integra también al grupo Abemvs Teatro y al mismo tiempo participa en proyectos con Multicultural Sonora. Ha trabajado con directores como Cutberto López, Dettmar Yáñez, Ángelica Castillo, Cut López, Verónica Vázquez y Carlos Iván Córdova. En puestas como R&J, Librándola, Los monólogos de la vagina, Divorciadas, Alienígena y más. Como Productora ejecutiva, produjo Godot para las Fiestas del Pitic, y Píara (Lucas 8:32) obra ganadora de la Muestra Estatal de Teatro 2018. La pandemia de COVID no detuvo a Kelly y fué ganadora en la convocatoria del Fondo extraordinario de apoyo municipal para la cultura y las artes del IMCA, colaboró como coreógrafa en el cortometraje "Lucas", trabajo que recibió el Audience Award en el Tucson Film Festival. Como actriz participó en el largo metraje "The Devil´s Pitch". Actualmente, además de colaborar como actriz y productora con Abemvs Teatro y Multicultural, prepara un libro de cuentos infantiles, el montaje de su obra "Púrpura" y escribe un cortometraje con un apoyo del EFICAS.
Mi personaje favorito de Key ha sido en Jauría. Una interpretación tan entrañable, que me hizo querer correr y abrazarla muy fuerte durante toda la obra, así de cercano al alma del espectador es su trabajo. Es de esas actrices que construye una verdad contundente en cada personaje volviéndolos memorables, de tal forma que aunque pasen los años, siempre voy a recordar a esas morras (R&J), canes (Jauría) o ciudadanas de un país ficticio que movieron mis adentros, saliendo conmovido, emocionado, enojado, pensativo o analítico reflexionando en lo que éstos personajes tan generosamente me compartieron a través de ella.
En la otra esquina, está Édgar Garalt, lo ví por vez primera en una puesta del Club de Teatro del CBTIS dirigida por Julio Patricio Cárdenas de Saltimbanqui Teatro, compañía a la que Garalt se integraba por aquellos tiempos, luego completó sus estudios de teatro en la Academia de Arte Dramático de la Universidad de Sonora, participando en más de diez montajes. Ha trabajado en compañías como Andamios Teatro, Ojaldros Teatro, Abemvs Teatro, A Puerta Cerrada, Compañía de Teatro Infantil Mago de Oz y Multicultural Sonora con directores como Hilda Valencia, Sonia León, Dettmar Yáñez, Cut López y Raúl Ortíz, entre otros. Participó en series televisivas para Fair Trade con Producciones La Tuerca. Ha dirigido las puestas "La gente" y "La Patrona", y entre su experiencia como Stage Manager se encuentran las producciones "La obra que sale mal", "Terror", "Sasha y Spot", "Los cuentos de la Catrina", "Atracción fatal" y "Los Premios Metropolitanos" de teatro en México. Además Garalt es Controlador aéreo, formándose en escuelas de la CDMX, Mazatlán y Cabo San Lucas.
Nuestra Señora de las Nubes me confirma que cuando el talento y el trabajo duro se suman, eso de "entrarle a todo" cobra total sentido, a veces dentro, otras fuera del escenario, llenando formatos y convocatorias, preparando la producción o consiguiendo fondos para los proyectos en los que con beca o sin ella, continuarán realizando, quizá también como actores de los mismos.
Bravo por Multicultural Sonora, el casting para esta obra no podría haber sido sino este trío de grandes y experimentados intérpretes, que a pesar de ser todavía jóvenes, (Édgar andará apenas por los 28-29 añitos) ya cuentan con una trayectoria larguísima, demostrando que para desarrollarse en el amplio espectro alrededor de las artes escénicas, no es necesario irse a la gran ciudad y de paso, con su trabajo fortalecen el arte y la cultura local con calidad.
S. Salazar
No comments:
Post a Comment