El movimiento produce emoción, eso es claro en la danza contemporánea, pero en Gravity of center esta premisa se agota rapidamente: Bailan en grupo de manera mas o menos formal (unísonos, canon, etc), luego pasan a las secuencias de contact, la emoción del movimiento crece en los ejecutantes, alguno de ellos pierde el control, el grupo lo abraza, lo carga, hace juegos de peso con él, comienza a calmarse, lo ven con esa típica mirada de asombro-desconsuelo-sacóndeonda (léase mirada cliché) y finalmente, el solista toma su lugar en el colectivo para re-iniciar la acción cuantas veces sea necesario. Bueno, cabe la aclaración que la secuencia tiene variaciones, a veces es solista, otras dueto, trío o cuarteto el que sale del grupo, pero el orden de episodios es mas o menos parecido.
Excelentes bailarines, pero el trabajo coreográfico no provee elementos suficientes para que el intérprete logre dar sentido a una obra así por tanto tiempo. La música se describe en el programa como "ornamento sonoro a la estética de RBDG", en gustos se rompen géneros pero considerar la música como ornamento lo que se dice ornamento para una pieza dancística contemporánea... no es mi concepción favorita.
En todos lados se cuecen habas... y trabajos como Gravity of center hacen mas evidente que en México hay buena, muy buena danza contemporánea.
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