Tomado de:
http://www.colson.edu.mx/Default.aspx
OBSERVATORIOS URBANOS
Retos del Instituto Sonorense de Cultura
Josué Barrera*
En una etapa de constantes cambios a nivel mundial, los institutos culturales deben estar atentos a lo que sucede no tan sólo a nivel regional sino global para detectar aquellas acciones que se puedan llevar a cabo de manera directa estimulando la participación de la comunidad en dichas actividades.
El Instituto Sonorense de Cultura ha trabajado por veinte años en Sonora durante los cuales se han realizado actividades culturales que forman parte año con año del quehacer artístico. En el área de publicaciones se han editado centenares de libros, se han otorgado decenas de apoyos económicos en becas o concursos y en los últimos años ha impulsado, como no se había visto con anterioridad, festivales como el Ortiz Tirado en Álamos, el festival de la Montaña en Huachineras así como la Feria del Libro y Un Desierto para la danza, por nombrar algunos, que han conjuntado a artistas de diferentes puntos del país y del mundo para interactuar con artistas y promotores culturales de la región.
Estas dos décadas se deben tomar como el tiempo justo para que el Instituto llegue a consolidarse como una institución democrática que impulse la actividad cultural y artística dentro y fuera del estado. Sin embargo, la función de un instituto de este tipo no se debe limitar tan sólo a la organización de festivales u otorgamiento de becas económicas, sino debe cumplir con otros objetivos, los cuales representan un reto para la próxima administración. Para dar este paso es preciso continuar con los proyectos alcanzados en administraciones anteriores (distribución de libros a nivel nacional, actualización constante del Sistema de Información Cultural, por mencionar dos ejemplos) e impulsar nuevas iniciativas. A continuación, describiré tres que me parecen importantes.
Ante el panorama global que vivimos en nuestros días, el Instituto debe ampliar su campo de acción rebasando las fronteras del estado y llevar la obra de los artistas a otros lugares mediante el intercambio cultural que se puede establecer con otras regiones del país, a través de coediciones con editoriales comerciales, aprovechando su cercanía con los Estados Unidos y los contactos que los propios creadores han establecido con diversos centros culturales del mundo.
Al mismo tiempo, el ISC podría solventar el rezago de información cultural que existe para publicar un boletín semanal, una revista mensual o bimensual así como difundir la información primordial en las páginas culturales de los principales medios de información de Sonora. Informar mensualmente las actividades como talleres, cursos y encuentros en los que se pueda participar dentro y fuera del estado. En la medida de lo posible debe proponer proyectos en vez de esperar las propuestas por parte de los creadores.
Es de esperarse que después de veinte años de realizar encuentros, ferias del libro, charlas, talleres, festivales, cursos, de publicar decenas de libros y de estimular la formación intelectual de los creadores del estado, el ISC tenga un amplio archivo (que en un futuro se llamaría archivo histórico) en donde se puede encontrar material valioso para futuros documentales, discos de audio, investigaciones académicas o dar por fin el paso a la digitalización de la obra publicada con la sola intención de difundirla sin fines de lucro. Es necesario trabajar en su archivo realizando inventarios de los documentos que contiene, para preservarlos profesionalmente y así darle acceso a estos materiales al público interesado. No podemos dejar que parte de la historia de las actividades artísticas impulsadas por el principal instituto cultural del estado se pierda en cajas de cartón.
Ampliar su campo de acción, cubrir en los medios de comunicación la información sobre las actividades artísticas disponibles y trabajar en su archivo son tan sólo tres tareas que el ISC tiene por delante. Llevarlas a cabo dependerá de la nueva administración que está por entrar, pero también de la exigencia y participación tanto de la comunidad en general como de los propios artistas.
*Estudiante de la Línea de Investigación de Estudios Históricos de Región y Frontera de la Maestría en Ciencias Sociales de El Colegio de Sonora, josuebarsa@gmail.com
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